Los nuevos estudios han demostrado que el principal motivo de por qué hombres y mujeres perciben los colores de forma diferente, es la simple predisposición genética.
El color es una percepción visual que se genera en el cerebro al interpretar las señales nerviosas que le envían los fotorreceptores en la retina del ojo. Las ondas reflejadas son captadas por el ojo e interpretadas en el cerebro como distintos colores según las longitudes de las ondas. Las ondas más largas están asociadas con los colores cálidos, por ejemplo el naranja.
El naranja puede parecer más rojizo para los hombres que las mujeres. Otro ejemplo es el verde, que lo ven más brillante las mujeres, los hombres lo ven en un tono más amarillento.
Un estudio hecho por un psicólogo, resultó que el color favorito de hombres y mujeres es el azul, quizá debido a que se asocia a limpieza, claridad, la verdad...
En otro estudio, los sujetos fueron expuestos al espectro del color, que dividieron en dos grupos. El primero tenía gamas de rojo y verde; el segundo, tenía azules y amarillos. Extrajeron varios de esos colores para rellenar unos rectángulos, que luego les mostraban para que expresarán sus preferencias.
El experimento demostró que los hombres y mujeres preferían aquellos colores que pertenecían a la gama de los azules, aunque las mujeres también mostraban predilección por los tonos rosáceos.
Lo que para un hombre puede ser simplemente morado, para una mujer puede suponer hasta seis colores diferentes y tienden a denominarlo según colores presentes en comida, como la fruta.
El estudio también demostró que los hombres tienen más problemas para distinguir los colores azules, verdes y amarillos. Sin embargo, son más rápidos detectando cambios de color a distancia.
Está claro: las mujeres son mejores distinguiendo pequeñas tonalidades de color, mientras que los hombres son más sensibles al movimiento.